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  • Foto del escritorRaquel Serrano

Los seis beneficios de implantar un sistema de gestión medioambiental

Las empresas tienen que demostrar que son capaces de gestionar el medio ambiente cómo una variable más de su actividad. La gestión ambiental, además de producir beneficios para nuestro entorno y todos los seres vivos que vivimos en él, produce también beneficios para las empresas. En este post te cuento los seis más importantes bajo mi punto de vista.



El ser humano con cualquiera de sus actividades, genera impactos sobre el medio ambiente. Hasta hace unos años, este tema no formaba parte de los problemas de una empresa. Sin embargo, la conciencia ecológica de la sociedad es cada vez mayor y para las empresas ya no es suficiente sólo con cumplir la ley. Las empresas tienen que demostrar que el medio ambiente forma parte de su estrategia y que son capaces de gestionarlo cómo una variable más de su actividad. Esta es una de las razones por las que los sistemas de gestión medioambiental son cada vez más necesarios para las empresas.


Mediante un sistema de gestión medioambiental una empresa controla las actividades, productos o servicios y los procesos que causan o podrían causar impactos medioambientales. Su propósito por tanto es identificar cómo sus actividades y productos afectan al medio ambiente, incluidos riesgos y oportunidades, y así definir e implementar medidas para controlar y mejorar aquellos aspectos que puedan tener impactos significativos en el medio ambiente.


Es muy probable que de primeras pienses que gestionar el medio ambiente va a suponer un aumento de recursos y costes para tu empresa. ¿Por qué tendrías que dedicar recursos a la mejora ambiental? La respuesta es muy simple. La gestión ambiental, además de producir beneficios para nuestro entorno y todos los seres vivos que vivimos en él, produce beneficios para las empresas. A continuación te muestro los seis que para mi engloban todas las ventajas de implantar un sistema de gestión ambiental, y que además están muy interrelacionados entre sí:




  • Minimizar costes: un aspecto medioambiental significativo muy importante en cualquier empresa es el consumo de materias primas y energía, y su consiguiente impacto, el agotamiento de recursos naturales. Uno de los objetivos del sistema de gestión será por tanto la reducción de consumos, y ello implicará una reducción notable de costes. Además se optimizarán los procesos, y su eficiencia será mayor.



  • Cumplir la legislación y normativa ambientales: un sistema de gestión ambiental no te dice cuáles son los requisitos legales que debes cumplir, pero si te va a permitir crear los procesos adecuados para conocer cuál es la legislación vigente que te afecta y controlar y evaluar que la empresa la está cumpliendo. De esta manera, hay una disminución de multas, sanciones, pérdidas de licencia, pérdida de reputación, etc. que a su vez se refleja en una disminución de costes.




  • Reducir riesgos y aumentar oportunidades: para implantar un sistema de gestión medioambiental, es necesario analizar todos los procesos y actividades que tienen lugar en las instalaciones. De esta manera, las variables críticas van a estar mucho mejor controladas y se van a generar medidas para que, o bien se eviten ciertos eventos, o en el caso de que ocurran, las consecuencias sean mucho menores. Por ejemplo, se van a generar menos residuos y van a estar mejor controlados. Pero también se van a poder identificar oportunidades, como pueden ser el reciclado de materiales o encontrar otros materiales alternativos con un impacto ambiental menor.



  • Ser referente y mejorar la imagen: disponer de un sistema de gestión medioambiental certificado demuestra el compromiso de una empresa con la mejora continua en su desempeño ambiental. Muchas empresas hoy en día reclaman a sus proveedores este compromiso, al igual que los clientes finales. Además, disponer de un sistema de gestión medioambiental mejora la valoración en las contrataciones públicas, pudiendo ser un requisito indispensable para una contratación. En general, esto va a aumentar la competitividad frente a otras empresas.



  • Contaminar menos: obvio. El propósito final de cualquier acción tomada en relación con el medio ambiente, es disminuir la presión sobre él y por tanto la contaminación. Esto se hará mediante la reducción de generación de residuos, la reducción de fugas accidentales, la reducción de la extracción de recursos naturales, etc. Y de nuevo, todo ello lo verás reflejado en un ahorro de costes.



  • Gestionar mejor tu empresa: como ya hemos visto, para implantar un sistema de gestión ambiental vas a tener que analizar muy a fondo tus procesos, identificando los puntos que se pueden mejorar, no sólo desde el punto de vista medioambiental, mejorando así la calidad global. Además, al tener que involucrar a toda la plantilla, aumentará la motivación y el compromiso de las personas que trabajan contigo, mejorando la comunicación. Por último, un sistema de gestión medioambiental puede integrarse con la gestión global de la empresa, optimizando y unificando procesos y reduciendo recursos necesarios.


En definitiva, “la implantación de un sistema de gestión ambiental representa la sustitución de soluciones costosas de última hora para la protección del medio ambiente por procedimientos integrados que conducen a la protección preventiva del medio ambiente, y que al mismo tiempo comportan un mayor rendimiento de la actividad y un aumento de la competitividad.”


¿Quieres saber más sobre los tipos de herramientas que existen para implantar un sistema de gestión medioambiental y cómo se pueden aplicar en tu empresa? Si eres una pequeña o mediana empresa y quieres mejorar tu compromiso medioambiental, pero no sabes muy bien cómo empezar, no dudes en contactar conmigo.


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